A 4 TIEMPOS — ¿México se escribe con “X”?
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Por Arturo Olmedo
Primer tiempo. Te robo el prestigio.
Existen sujetos y objetos que no es necesario llamarlos por su nombre para identificarlos. Sólo es necesario dar sus características o mencionar algo que lo aluda para que podamos construir una imagen y tener una idea clara de a quién o a qué nos estamos refiriendo.
Esto es tan claro que, por ejemplo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, tras una controversia presentada por el PRI en el Estado de México, consideró que la frase “Ya sabes quién” alude, inequívocamente, al presidente. Pero el cuerpo colegiado fue más allá y determinó que dicha alusión genera un beneficio indebido para quien la utilice.
Aquí cabe preguntarse: ¿Por qué la oposición, que considera tan malo y nefasto a “Ya sabes quién”, y que asegura que está destruyendo al país, busca evitar que se le relacione con una campaña política? ¿No sería lógico pensar que la alusión a alguien que conjunta características tan negativas, en lugar de ayudar resultaría perjudicial? ¿Sucedería lo mismo si en lugar de “Ya sabes quién” se hablara de “El señor X” o de “El innombrable” o de “El Borolas”? ¿Referirlos a ellos también traería beneficios indebidos? De manera que, pongámonos de pie para aplaudirle al tribunal por reconocer abiertamente el prestigio de “Ya sabes quién”, y también por admitir que cualquier frase que se relacione con él, beneficia.
Segundo tiempo. Te robo las banderas.
Y es que, precisamente, en eso andan “El innombrable”, “El Borolas”, “El señor X” y muchos otros. Todos están reconociendo que no pueden contra el prestigio de “Ya sabes quién” y, entonces, ahora hay que robarle su personalidad y sus banderas, porque resulta que ni ha luchado tanto, ni es tan del pueblo, ni es tan pobre, ni es tan malhablado como “La señora X”. Entonces, ahora hay que apropiarse de sus ideas, porque los programas sociales ya no son malos, sino que son insuficientes. Sí, esos mismos programas sociales a los que se han opuesto ferozmente, disque porque son migajas y porque sólo sirven para el control político.
Pero es tal su desesperación que, por ejemplo, ya salió “El cabeza hueca” a decir que fue él quien propuso el programa de “Pensión para los Adultos Mayores”, instaurado por “Ya sabes quién” en el entonces Distrito Federal, sin reconocer que primero lo criticó y se opuso a que se llevara adelante, y después hizo un mal plagio del programa que, por supuesto, ni era universal y, mucho menos, constitucional.
Tercer tiempo. Te robo la identidad.
Pero no, no crean que en verdad quieren continuar con los programas sociales y rebasar a “Ya sabes quién” por la izquierda. Sólo están haciendo la finta, para rebasarlo, en realidad, por la derecha, que es el mismo modo en el que quiso fintar “El Borolas” en su campaña electoral de 2006. Y para darle sustento y credibilidad a esta impostura, ya hay un nado sincronizado en los medios tradicionales y corporativos, donde los “expertos”, “intelectuales” y “analistas” sólo ven cualidades y virtudes en quien, supuestamente, proviene de la pobreza, es indígena y, de pasada, trotskista. Y sí, ahora todos estos “cerebros” están dedicados a exaltar a la pobreza, al indigenismo y hasta su presunta pertenencia a la izquierda, cuando llevan años criticando a “Ya sabes quién”, por “moreno”, por “la mala imagen que da su manera de hablar”, por hacer, según ellos, “exaltación de la pobreza” y, faltaba menos, por “comunista”.
De esta manera, los grupos políticos, económicos y medios opositores a “Ya sabes quién”, buscan influir en la opinión pública mediante la presentación selectiva y sesgada de la información. Así, por ejemplo, han dado una cobertura profusa al supuesto hecho de que “La señora X” vendió gelatinas para salir adelante, pero sólo en medios alternativos se ha podido constatar que no proviene de una familia pobre (como lo declaró el propio primo de “La señora X”). La exaltan porque, según la historia que desean vender, corre sangre indígena por sus venas, pero omiten señalar que no es más de la que pueda tener el promedio de cualquier otro mexicano mestizo. Omiten esos medios, que la organización trotskista a la que dijo pertenecer, ya salió a desmentirla. De manera que, si acaso “La señora X” llegó a vender gelatinas, lo más factible es que lo haya hecho por afición, pero no por necesidad.
Cuarto tiempo. Te vendo lo robado.
Estamos pues, ante una fabricación más como las que hemos vivido en otros tiempos, con presidentes producidos en los estudios de televisión, en los cerebros de los publicistas, bajo estrategias de marketing político y, ahora, hasta de la Inteligencia Artificial. Y es que en este artificio todo se vale, como acusar a “Ya sabes quién” de “machista”, sólo por señalar lo evidente, como lo es que “La señora X” formó parte del gobierno de “El cabeza hueca”. Como lo es que forma parte de la organización de “El señor X”. Como lo es que se ha codeado durante muchos años con los corruptos, reunidos todos en la fiesta de “El Jefe”. Como lo es que no se opuso a la militarización, esa sí ilegal, de “El Borolas”. Como lo es que se fue a registrar, abrazo de por medio, con “Alito”.
Y, sin ruborizarse, “La señora X” acusa de “machista” a “Ya sabes quién”. Sí, al mismo al que se ha acusado por, supuestamente, favorecer a una mujer para alcanzar la presidencia de la República. Acusa de “machista” a “Ya sabes quién”, que es el único presidente que ha tenido un gabinete no sólo paritario, sino en el que predominan las mujeres.
Y también sin ruborizarse, “La señora X” pretende adherirse a una ideología de izquierda que en realidad no comparte y que no respalda, como es claro y manifiesto por su pertenencia a la oposición de derecha; pero es claro que lo hace con el propósito de ganar apoyo y de atraer a ciertos segmentos incautos de la población. A lo que sí pertenece “La señora X” es a ese tipo de políticos que usan la impostura para construir una imagen pública que no se ajusta a su verdadera personalidad y comportamiento. Se presenta como alguien cercana a la gente, de origen humilde y falsamente comprometida con ciertas causas sociales, cuando en realidad ha hecho política desde el partido político que más se ha opuesto a ellas. Y es que, a eso, “Ya saben quién” lo llama hipocresía, porque fingen que quieren escribir México con la “X” de la señora, pero en realidad es la “X” del señor que mueve los hilos de la oposición.
