A 104 años de la muerte de Zapata, el campo es una vergüenza para la nación

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Los campesinos siguen excluidos del desarrollo social y se les escamotea su derecho a vivir decorosamente de su trabajo; para ellos solo promesas, nunca soluciones.

Irineo Pérez Melo.- A 104 años de la muerte de Emiliano Zapata siguen sin ser atendidas las demandas de justicia social e integración de los campesinos al desarrollo nacional, y la situación del agro nacional y los hombres y mujeres del campo es una vergüenza para la nación.
Lo anterior se desprende del pronunciamiento emitido en el marco del aniversario luctuoso del General Emiliano Zapata por el Movimiento Campesino Veracruzano El Campo es de Todos, en donde se destaca que millones de hombres y mujeres del México rural siguen excluidos del desarrollo social, sin una política pública para el progreso del campo, en donde campea la pobreza, la falta de oportunidades, los bajos niveles de rentabilidad agropecuaria, de condiciones para la producción y la ausencia de empleos competitivos y bien remunerados.
En el documento, signado por los representantes de Unión General Obrera Campesina y Popular, A. C. (UGOCP), Coordinadora Nacional Plan de Ayala-Movimiento Nacional (CNPA – MN), Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, José Dolores López Domínguez (CIOAC-JDLD) Veracruz, Fundación Autónoma de Organizaciones de Campesinos y Colonos (FAOCC Hermilo Santiago Hernández), Consejo Nacional de Sociedades y Unidades con Campesinos y Colonos Veracruz, y del Frente Campesino Revolucionario Independiente de Veracruz (FCRI), recordaron a los neofuncionarios de la transformación que la lucha campesina no fue por misericordia social ni por dádivas manipuladoras.
“Emiliano Zapata no luchó por despensas, luchó por progreso, respeto de la tierra campesina y desarrollo integral para las comunidades rurales”, se destaca.
Se expresa que mientras los campesinos y el campo mexicano se mantengan en la marginación y en el atraso, los principios revolucionarios, enarbolados en el Plan de Ayala seguirán vigentes, porque busca la reivindicación de justicia agraria y social de cada campesino de México.
“Hoy, el legado del General Emiliano Zapata sigue vivo en los más de 32 mil núcleos agrarios que constituyen más de la mitad del territorio nacional y que representan el origen del sustento de casi una cuarta parte de la población mexicana; población rural con los más bajos niveles de desarrollo social, marginada del desarrollo económico”, refiere.
En el pronunciamiento, sostienen que hoy como ayer a los campesinos la Revolución Mexicana nunca les hizo justicia; hoy como ayer se les escamotea su derecho a vivir decorosamente de su trabajo, de la explotación de los campos, de la producción de alimentos que nuestro pueblo demanda. Para los campesinos solo promesas, nunca soluciones.
Por ello, se menciona que Emiliano Zapata seguirá vivo, porque pese al discurso hipócrita, convenenciero y manipulador de los gobiernos del pasado y del presente, su figura representa la lucha indeclinable de los campesinos por justicia agraria, de las comunidades rurales por desarrollo integral, para que sus territorios sean respetados y sus habitantes, hombres y mujeres pudieran vivir dignamente de los productos de la tierra, del fruto de su trabajo y no en la miseria y la marginación en que ese gobierno, como tantos otros gobiernos neoliberales después, parecen condenar a quienes vivimos de trabajar la tierra y producimos los alimentos que necesita nuestra nación.
“Ese fue el sentido del Plan de Ayala, ese documento histórico que desde la trinchera zapatista sintetiza la demanda de justicia agraria para los campesinos de nuestro país. Una demanda de justicia agraria que muchos invocan para tergiversarla y que de fondo quisieran dejar en el olvido o que consideran la causa campesina como un símbolo del pasado. Por ello, no concordamos con el Gobierno Actual, porque la demanda agraria ha sido desnaturalizada, dejada de lado y mezquinamente socavada”.
“No podemos estar de acuerdo con un gobierno que confunde la demanda de desarrollo integral de las comunidades rurales por meras fórmulas de dadivas clientelares que organizan electoralmente pero no erradican el atraso ni el estancamiento productivo de los pueblos rurales”.
“No estamos de acuerdo con el desmantelamiento de las instituciones agrarias de México. Tampoco podemos estar de acuerdo con un gobierno federal que prometió de todo para no atender nada”, se subraya.
Además, recalca que hoy en día, con un gobierno profundamente regresivo, las instituciones agrarias han sido desmanteladas: tal es el caso el desmantelamiento de la vieja Secretaria de la Reforma Agraria hoy SEDATU, que no atiende lo agrario y está en franco proceso de convertirse en una mera promotora del desarrollo urbano o de los paraísos beisboleros; mientras los tribunales agrarios y la Procuraduría Agraria se debaten en la penumbra y las carencias que las han llevado a la irrelevancia.
Hoy en día existen cientos de expedientes agrarios que no se atienden y por ello no tienen solución, mientras que decenas de conflictos agrarios se vuelven violentos ante la inacción de las áreas de gobierno que deberían solucionarlos, se resalta.
Pese a la cerrazón del gobierno federal, se señala por último, los campesinos del país vamos a seguir luchando por la defensa de nuestras tierras contra los proyectos que atentan contra nuestros territorios y los recursos naturales que en ellos existen, como el tren maya que arrasaría con miles de hectáreas de selvas. Como los megaproyectos de las compañías mineras depredadoras del medio ambiente y expropiadoras del desarrollo de las comunidades rurales.
“Nos pronunciamos por un cambio verdadero, aquel que incida de una vez por todas en cambios radicales en el modelo económico que hoy impera en el país y que permita que el desarrollo social y económica de México sea para todos. Es tiempo de reclamar el desarrollo para los que siempre han sido excluidos”, se indica por último.

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