ACERTIJOS — EL desaire de Cuauhtémoc Cárdenas

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*Y Cuando despertamos, habíamos perdido ir a la final. Camelot.

Gilberto Haaz Diez

El pretexto del presidente AMLO era celebrar el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, del gran Lázaro Cárdenas. Pero no, he allí que era una manifestación donde sentó las bases y los puntos para su sucesor o sucesora. Pascal Beltrán del Rio, el periodista, escribió que AMLO aspira a ser Cárdenas pero terminará en Calles (Plutarco), y al tiempo se sabrá si hay alguien valiente, como lo fue Cárdenas para expulsar a Calles del país, y mandarlo a Brownsville de paseo, al shopping  Mall. El presidente, según su historia, habló de que cuando se nombró a Manuel Ávila Camacho en lugar de a Francisco J. Múgica, que era un expropiador como Lázaro, lázalo que se te va, le dio un giro a la derecha. Pero olvida que los historiadores pusieron a Ávila Camacho como un presidente que necesitaba apaciguar el país, lleno de generales, había hasta debajo de las piedras y todos querían ser presidentes, y golpistas, por eso, Ávila Camacho optó por el paisano Miguel Alemán Valdés, para calmar esos ánimos izquierdistas y expropiadores. Además, olvidó el presidente, al criticar a Ávila Camacho, que este fue quien inauguró y creó el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), uno de los pilares de este país, junto al Infonavitt de Luis Echeverría, uno le dio salud a los mexicanos y otro les dio casas, para que tuvieran techo. La historia, vista desde el coco del presidente AMLO. Y título el desaire del ingeniero Cuauhtémoc, porque el hijo del Tata, de la leyenda, se fue con los suyos a rendirle homenaje a su padre en el Monumento a la Revolución, y no optó jamás por ir al Zócalo a hacerle la ola al presidente, después de un par de clinchs que han tenido, que culminó con la renuncia de Lázaro III, el nieto de la leyenda, que abandonó la asesoría de la presidencia con gran resentimiento. Cárdenas jamás le perdonará a AMLO que haya incluido en su Gabinete a Manuel Bartlett, que fue el que le birló la presidencia con aquella caída del sistema. Muchas cosas más veremos, mío Cid, o sea, no os espantéis que las olas sigan subiendo y bajando. Y que haya temblores y tsunamis. La política siempre ha sido así. Bien lo dijo John Kennet Galbraith: “Bajo el capitalismo el hombre explota al hombre; bajo el comunismo es justo al contrario”.

Los agoreros y futuristas políticos a la Mhony Vidente, apuestan que el Múgica de AMLO es el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.

Otros dicen que es un buscapiés, un despiste. Vaya usted a saber.

Sheinbaum ve caer sus puntos.

Y a Ebrard lo quiere la Alianza de la oposición, para que los lidere a la grande.

Y LLEGO LA FIESTA DEL BEISBOL

Bien decía aquel clásico del béisbol: Esto no se acaba hasta que se acaba. México cayó ante Japón, que es una potencia beisbolera, porque traen, dicen, al mejor pitcher del mundo y a un jovencito al que le llaman el Babe Ruth de Japón. Pero toparon con un muro llamado México, que tuvo mala dirección y mala suerte. Mala dirección, cuando el pitcher mexicano le pegó un pelotazo al japonés y lo embazó. En ese momento, si yo fuera Tom Lasorda, que no lo soy, lo cambiaba en chinga, pero el manager, mi tocayo, Gil, lo dejó seguir y embazó a otro y allí vino la debacle. Estábamos a tres outs de la victoria, para saborear las mieles del triunfo y llegar a una final, a la que nunca habíamos llegado. No tuvimos el cerrador adecuado, aunque me dicen que por ahí andaba Julio Urías, que hubiera cerrado bien. Nos faltó aquel Mariano Rivera, la leyenda de los Yankees de Nueva York, el mejor cerrador de la historia que aparece ya en el Salón de la Fama. Cuando Mariano entraba a cerrar, el cronista decía: “Llega Mariano Rivera a cerrar. Apaguen la luz y vámonos”. Es más, muchos de nosotros (me incluyo) ni sabíamos que había campeonato mundial de béisbol, sabíamos del Mundial del pelón Infantino, pero de este nanáis, fue gracias al cronista de Ciro Gómez Leyva, Javier Alarcón, que anunció que Imagen, la televisora de Vázquez Raña-Vázquez Aldir, tendría la exclusiva, y fue el canal que tuvo a todo México pegado al televisor. Debo decir que me hablaba gente que en su vida había visto un juego, y Yo Mero lo vi completito, desde que comenzó hasta que ese japonés canijo nos metió un batazo por el filder y bye bye Nicanor, la historia acababa, el sueño había terminado. Pero dejaron buen sabor de boca, jamás habíamos llegado tan lejos y nació una estrella, Randy Arozarena, de Pina del Rio, Cuba, de 28 años que, si se hubiera (ah esos hubiera) ganado, sería la estrella cubana mexicana que esperábamos, y en lugar del pinchón árbol de Ahuehuete que quiere poner la Sheinbaum en Reforma, una estatua de este jugador no caería mal. Así, cruzando los brazos como un gesto que llegó a convertirse en símbolo del juego, atrapó dos pelotazos que se iban del otro lado y lo recordaremos siempre. No se pudo, pero algún día se podrá. Lo cierto es que la audiencia de Imagen TV se fue a las nubes y las otras televisoras, Azteca y Televisa, que año con año trasmiten el béisbol, se quedaron como el chinito: nomás milando. Un crítico una vez caracterizó el béisbol como seis minutos de acción insertados en un drama de dos horas y medias. Ese béisbol, bien lo dijo Babe Ruth: “El béisbol fue, es y siempre será para mí el mejor juego del mundo”.

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