SCRIPTA MANENT — ¡Vamos progresando!

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—Justo ayer, en la comida en la que festejamos el aniversario de nuestra amiga Judith, comentaba que mi abuelo materno, el ingeniero Luis H. Rangel, fue dos veces alcalde de San Luis de la Paz, municipio del estado de Guanajuato. Fue también diputado.

Su primer periodo como alcalde lo fue de 1936 a 1937, postulado por el Partido Nacional Revolucionario (PNR), con el que dos años antes había ganado la presidencia de la República el general Lázaro Cárdenas.

Algún día les contaré de las andanzas de mi abuelo con su amigo Fidel Velázquez, que era lechero… Juntos apoyaron y lucharon en una cruzada nacional histórica, que culminó en 1936 en la creación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la cual, encabezada por el sindicalista marxista Vicente Lombardo Toledano, se convirtió en la central obrera más fuerte del país y en uno de los pilares centrales del régimen cardenista.

Después de ser alcalde, en 1938 siguió trabajando mi abuelo con el presidente Cárdenas. La dependencia de la que mi abuelo era el director, en Dolores Hidalgo, se llamaba “Banco Ejidal”. Su misión era crear los ejidos dando a los campesinos la tierra de los terratenientes, la mayoría extranjeros. Luego el general Cardenas le encargó la transformación de otras grandes haciendas de esa región en pequeñas propiedades, y así se crearon los ranchos.

Así que la gente de campo, de jornaleros pasaron a campesinos y de ahí a rancheros. Mi abuelo era ranchero cuando yo lo conocí.

En 1964, ya con el PRI, Don Luis H. Rangel volvió a ganar la presidencia municipal, y cuenta que ahora sí ya había presupuesto para pagar un policía, que era también el único agente de tránsito y a la vez su chofer. Porque mi abuelo tenía uno de los cuatro autos que entonces había en la cabecera municipal de San Luis de la Paz.

También, en estos años de su segundo periodo, comenzaron a llegar a esa zona los vendedores de cámaras fotográficas. Así que compró una y contrató a un “chamaco” como fotógrafo… Hasta Querétaro tenía que ir a revelar el rollo y comprar otro… Y en cada evento “importante” de la presidencia, se tomaba una foto… Y para que se viera gente en el evento, mi abuelo ordenaba que sacaran a los presos de la cárcel municipal y los sentaran a su lado, “para la foto”. Como en la presidencia había muy pocos empleados, pues se requería de esa argucia para crear el ambiente de respaldo y fuerza…

Eso! Ya me acordé por qué salió ayer la plática del abuelo el dos veces presidente. Y es que alguien comentó mientras comíamos festejando a Judith, que al evento de ayer en el WTC, organizado para promover a Rocío Nahle —otra vez—, no asistieron ni 200 personas, y para llenar el lugar, alguien ordenó que trajeran estudiantes de las preparatorias cercanas… “para la foto”.

Bueno. Mi abuelo sacaba a los presos, para la foto. Ahora sacan a los estudiantes de las escuelas.

¡Vamos progresando!

luisedomra@gmail.com

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