A 4 TIEMPOS — ¿AMLO está quedando a deber?

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Por Arturo Olmedo

Primer tiempo. La seguridad. Hay temas que no acaparan titulares y que suelen esconderse en los medios de comunicación. Así, en México están pasando cosas que contradicen la narrativa opositora al Gobierno de López Obrador, respecto de que el país se está cayendo a pedazos. Uno de los rubros que más se reprueban es el de la seguridad pública, haciéndose sorna respecto de que la estrategia de “abrazos, no balazos” ha resultado un fracaso. Sin embargo, cuando se habla de este tema, suele omitirse información importante a considerar.

Los 160 mil homicidios dolosos ocurridos durante el presente sexenio son, sin duda, una cifra dolorosa. Sin embargo, al abordar este tema, suele ignorarse información crucial. En primer lugar, debemos considerar la inercia. Así, por ejemplo, nunca será lo mismo comenzar una estadística con un nivel de 20 homicidios que con uno de 80 y en crecimiento. El desafío inicial consiste en contener y evitar que la tendencia al alza se multiplique por dos o tres.

Es innegable que cualquier cifra de vidas humanas perdidas es desalentadora. No obstante, debe comenzarse en algún punto y, a pesar de las consecuencias económicas y sociales derivadas de la pandemia de COVID-19 y de la guerra entre Rusia y Ucrania, que provocaron inflación a nivel mundial, se ha contenido la tendencia al alza de la incidencia delictiva, incluso con disminuciones en delitos de alto impacto.

Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los homicidios dolosos han disminuido un 17.9% en comparación con diciembre de 2018, siendo junio el mes con la cifra más baja en los últimos seis años. Los secuestros han disminuido un 42% en comparación con el periodo 2012-2018, y la disminución es aún más notable (65.4%) si se compara con enero de 2019, pasando de 185 a 64 casos. Aunque los robos al transporte han aumentado, el robo total de vehículos ha disminuido de un promedio anual de 189,962 durante el sexenio anterior a 126,890 unidades en la actualidad.

Segundo tiempo. El empleo y el salario. La generación de empleos permanentes es crucial para el desarrollo económico y social de cualquier país. Además, los empleos permanentes suelen estar vinculados a salarios y beneficios más sólidos, lo que proporciona a los empleados una mayor capacidad para satisfacer sus necesidades básicas y alcanzar metas a largo plazo.

Durante el primer trimestre de 2023, el IMSS reportó la generación de un total de 423,384 empleos, la cifra más alta registrada en periodos comparables. Esto se logró gracias a un aumento mensual de 135,811 plazas, el segundo mayor incremento en los últimos 12 años y el cuarto más grande en la historia para el mes de marzo.

Según el informe del IMSS, al finalizar marzo de 2023, el número total de empleos registrados alcanzó los 21,796,280 puestos de trabajo. Lo más destacado es que el 86.1% de estos empleos son permanentes, mientras que el 13.9% son eventuales. Además, se observó un aumento de 790,428 puestos de trabajo de abril de 2022 a marzo de 2023, superando el promedio de 531,017 puestos en los últimos diez años en períodos comparables, lo que representa una tasa de crecimiento anual del 3.8%.

En cuanto a los salarios, un informe de la OCDE resaltó que México ha experimentado el mayor aumento en el salario mínimo en términos reales desde finales de 2020. Hasta mayo de 2023, el incremento ha sido del 43.6%, en comparación con un promedio del 2% en otros países de la OCDE como Japón, Francia, Reino Unido, Alemania, Chile y Colombia, entre otros.

Tercer tiempo. La Inversión Extranjera Directa. La IED, al ser productiva y no especulativa, desempeña un papel crucial en el desarrollo económico. Captar IED es una buena noticia para cualquier país, como se destacó en un informe de la Cepal, reportado por el diario El País en una nota de Isabella Cota.

Durante el primer trimestre de 2023, México logró atraer 18,600 millones de dólares en IED, consolidándose como la segunda economía de América Latina que más recursos recibe por este tipo de inversión, sólo detrás de Brasil. En 2022, la captación representó el 17% del total regional y es muy probable que, gracias al nearshoring, la tendencia al alza continúe en 2023. 

Más allá de los números, es importante prestar atención a las declaraciones del secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar, quien señaló que “esto no sucedería si México no tuviera un clima de inversión adecuado y condiciones favorables, que incluyen la oferta de mano de obra calificada y el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá”. También mencionó una serie de factores virtuosos que explican el caso mexicano, como la competitividad, la masa crítica, los recursos humanos, la logística de transporte para la exportación y la producción, así como la interlocución con las instituciones públicas adecuadas.

Cuarto tiempo. El súper peso. En un país acostumbrado a las devaluaciones, la revaluación de la moneda podría considerarse una buena noticia. Sin embargo, la oposición al Gobierno de López Obrador ha destacado las desventajas de una moneda fuerte, argumentando que afecta a los exportadores, incluyendo a Pemex, ya que al convertir sus dólares a pesos reciben menos dinero. También se menciona el impacto negativo en los receptores de remesas, quienes pierden en la conversión. Sin embargo, se omite hablar de los beneficios, como la reducción en el costo de las importaciones, lo cual es importante, considerando que México importa más de lo que exporta. Además, muchos de los grandes exportadores también son grandes importadores, incluyendo a Pemex. Tampoco se menciona que una moneda fuerte reduce las presiones inflacionarias y contribuye a disminuir el monto en pesos necesario para pagar la deuda externa contratada en dólares.

Para entender qué tan dependiente del gobierno es la actual paridad cambiaria, es necesario analizar las razones que llevan a una devaluación y las que contribuyen a la fortaleza del peso. Entre los factores que contribuyen a una devaluación se encuentran el elevado déficit público, el desequilibrio de la balanza comercial, la alta inflación, el déficit fiscal crónico y bajas tasas de interés poco atractivas para los inversionistas.

En cuanto a la fortaleza del peso, se ha beneficiado de un déficit público moderado, gracias al aumento de 3.0% de los ingresos tributarios calculados. Además, agencias calificadoras como Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings han ratificado el grado de inversión y perspectiva estable de la deuda soberana de México. También se ha logrado controlar la inflación, que se ubicó en 5.06% anualizada a junio de 2023, gracias también a la acción del Banco de México (cuya autonomía se respeta) al incrementar las tasas de interés al 11.25%, lo que ha estimulado la demanda de pesos en comparación con el dólar, que sólo ofrece una tasa de interés del 3.8%. No menos importante para la fortaleza del peso son las remesas, que alcanzaron los 58 mil millones de dólares en 2022 y continúan en aumento, en parte debido a que los paisanos envían más dólares a sus familias para compensar la conversión a pesos.

Estos elementos contradicen la afirmación de que el país “se está cayendo a pedazos”, lo cual es sólo una narrativa opositora con miras a las elecciones presidenciales de 2024.

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