ACERTIJOS — La caseta tortuga

*Como buen lector de Maquiavelo siempre pensó que no hay que atacar al poder si no tienes la seguridad de destruirlo Camelot.

Gilberto Haaz Diez

De ser una caseta tortuga (Capufe-045-Fortín), pasó a ser la más rápida del mundo. El viernes pasado tomé mi auto y sin chófer, me arriesgué, quise checar y medir el tiempo que se hace de Orizaba al Puerto de Veracruz. Para Ripley, hice, a una velocidad de 110 kilómetros por hora, una hora y media, a buen toque, porque cuando le metes más a la velocidad Dios ya no es tu copiloto, se baja antes. Iba a ser un día terrible, porque había numerosos tráileres, pero cruzar la mugre caseta de Fortín ahora no lleva nada de tiempo. La pasé sin problemas, luego pensé en encontrarme un nudo en Cuitláhuac, pero no, he allí que estaba normal. La otra encomienda que tendrán que hacer es quitar tantas casetas. En los pocos países del primer mundo, donde se cobran, las casetas de paga suelen estar a 100 kilómetros de distancia, aquí nos pusieron una cada 30 kilómetros. Hace unos años, rumbo a Woodlands, donde habitan muchos mexicanos, crearon una de paga del aeropuerto de Houston al mismo Woodlands, rapidísima y barata. Y la tienen bien sencilla, aplicar la misma medida que hicieron con Fortín, cobrar en la parte alta, Esperanza, una parte, y la otra en Cuitláhuac. Si quitan la de Cuitláhuac, el pago que haríamos sería en la de Paso del Toro, y los que se desvían hacia el sureste bien pueden pagar en Cosamaloapan, para el caso de dinero es lo mismo, y Capufe no pierde, pero si gana en quitar molestias. La única que queda pendiente es la de Paso del Toro, pero esa le corresponde al gobierno de Veracruz de Cuitláhuac. Allí los tráileres que van al Puerto Marítimo quiebran en una vuelta forzada a su izquierda, para girar y se crea un cuello de botella de horas. Esa solución la tiene el gobernador Cuitláhuac, solo falta un puente, el otro ya está hecho, y un circuito vial que no detenga el tráfico, Eso lo soluciona con no devolver el dinero a la Federación, en ese llamado Subejercicio, como el que se anuncia ahora que Finanzas no se gastó ese dinero y devolverán 12 mil o 18 mil millones de pesos. Eso es un crimen. Por menos que eso Putin los manda a la Siberia. Hasta la Biblia lo dice: ‘No devuelvas dinero a la Federación’. Había ocasiones en que, para ir a Xalapa, ida y vuelta, se hacían 8 horas, increíble lo que nos demoraba esa caseta. Señor secretario Nuño, gracias por abrir el paso, pero ya venga y tire ese Muro, como le gritó Reagan a Gorbachov.

CONGRESISTA MAJADERO

Existe un senador republicano que tiene un nombre mágico, John Kennedy, como aquella leyenda de presidente, pero este no tiene nada que ver con los Kennedy bostonianos y amigo de los mexicanos, es un vil macuarro y racista. Dijo que los mexicanos, sin los americanos, estaríamos comiendo comida de gato en una lata y viviríamos en un traspatio, como en tienda de campaña. Madres. Qué sea menos, senador, México es tan grande como el país de ustedes, lo que ocurre es que ustedes se convirtieron en la potencia número uno del mundo, gracias a que lograron abatir la corrupción y crear ciudades bellas y funcionales y en sus dos guerras se fortalecieron económicamente, vendiendo armamento a todos los aliados. Y a nosotros nos persiguió la corrupción, hasta ahora. No fue lejos por la respuesta, el presidente AMLO y Marcelo Ebrard, el canciller, lo pusieron en su lugar, solo a Marcelo le faltó decirle que era un ojete, en el sentido de la palabra cuenqueña. No debe olvidar este senador, que mucha de la grandeza de Estados Unidos se logró con nuestros territorios, cuando nos despojaron de Texas, California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah, Wyoming y parte de Colorado, ricos en petróleo, pastos para ganado y minería, solo les faltó Chacaltianguis, pero hasta acá hubieran llegado. Además, no debe olvidar este senadorete, que con el petróleo, antes que llegara Lázaro Cárdenas, una buena parte de los rascacielos de Manhattan se construyeron con los beneficios del pozo Faja de Oro, que en Poza Rica daba riqueza. Sin contar con las manos mexicanas, que fortalecieron sus campos de trigo y algodón y lo que sembraran. Hasta la fecha.