COLUMNA MURGUÍA — Fuego amigo en MoReNa — Especulación sobre Nahle

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Victor Murguía Velasco

Tras los escándalos de la empleada a la que le dieron contratos por cien millones de pesos y el proselitismo abierto por parte de funcionarios de Seguridad Pública ¿se sabrán de más casos de ese tipo?

Todo apunta a que sí porque, como ya es sabido en diversos círculos políticos, los principales integrantes del gabinete estatal están divididos, enfrentados y sus pleitos pueden terminar en batalla campal.Esta división es de cuidado porque de seguir así alcanzará su clímax en pleno proceso electoral, cuando esté en disputa la retención de la gubernatura y no solo las posiciones que puedan alcanzar los actuales funcionarios… sino su tranquilidad.En 2016 el PRI pudo haber conservado la gubernatura, pese a los escándalos en el gobierno de Javier Duarte, pero la división terminó por sepultar esa posibilidad.Duarte quiso designar al candidato y en esa pretensión estiró la liga hasta casi reventarla, pero no lo consiguió, entonces tomó como imposición la candidatura de Héctor Yunes, con quien ya estaba peleado, desencadenando bloqueos, limitación en los apoyos y apoderamiento de las otras posiciones en juego, lo que mermó la imagen de Héctor.¿De no haber existido esa división el PRI pudo haber ganado la gubernatura, pese –insistimos- a los escándalos en el gobierno?, puede ser que sí. El resultado favoreció a Miguel Ángel Yunes con un millón 54 mil votos, en tanto el priista alcanzó 928 mil, por lo que hubo una diferencia de solo 4 puntos porcentuales.Héctor después de eso fue diputado federal, aunque cuando quiso ser legislador local le cobraron facturas y ahora vuelve a querer ser candidato a gobernador. Duarte no terminó su mandato y luego fue encarcelado.Dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena, pero los de Morena deberían verse en ese espejo de la división.En los últimos meses, tras ser claro que el secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, dejó de tener el control en varias áreas clave, empezaron a desatarse conflictos próximos a desencadenar una guerra que quién sabe cómo termine.Ha habido detenciones, exhibidas y dicen que cosas peores. Los casos son ciertos, pero las aseveraciones van en el sentido de que todo es producto de filtraciones y fuego amigo.En fin, si finalmente los obuses lanzados no terminan por tirar en definitiva a alguno a algunos, al delegado de Bienestar, Manuel Huerta sí lo ven como candidato a algo.Al presidente de la Jucopo y operador tanto del gobernador Cuitláhuac García como de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, diputado Juan Javier Gómez Cazarín, también lo ven de candidato, al igual que al secretario de Educación, Zenyazen Escobar.A otros no les pinta igual el panorama, aunque, dicho sea de paso, algunos creen ver más claro que Nahle se quedará empantanada en Dos Bocas y que por lo tanto sus posibilidades crecerán al darse una voltereta espectacular. ¿Será? Ya veremos cómo les va si es la candidata y gana.Más allá de sus especulaciones lo que deberían hacer es darse cuenta que el tiempo se les acaba y que hay que proceder como marca la ortodoxia política, es decir, es tiempo de hacer limpieza y de intentar mejorar la imagen.

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