CONTRAPUNTO — Conciencia

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Por Juan José Contreras Lara

Numerosas marchas han sido determinantes en la historia reciente no sólo de nuestro país, sino del mundo. El domingo pasado, sin embargo, lo que sucedió en México no únicamente fue una marcha, sino una verdadera movilización nacional. 

Es ocioso manejar cifras y procuro no hacerlo, porque eso siempre es subjetivo y abona a la confrontación facciosa, pero con sustento en lo que se pudo observar, fueron cientos de miles de mexicanos los que salieron a las calles, bulevares, plazas y zócalos en más de cien ciudades del país, para advertirle al presidente López que su sevicia en contra del INE, al que pretende desmembrar, tiene un límite.

La señal fue clara. La sociedad conformista, adormilada y pasiva va quedando atrás porque la palabra “dictadura”, ominosa y amenazante, ya empieza a resonar por donde quiera, provocando justificado temor entre millones de mexicanos que no quieren ese futuro temible para sus hijos.

Desde luego que una movilización como la vista no es determinante, pues la lucha es larga, pero lo que sí queda claro es que va a continuar. Los mexicanos que marcharon ya adquirieron conciencia de que la vía pública también es suya, que apoderarse de ella es parte de su libertad y que, por más insultos y ofensas que se profieran en su contra, el deterioro de la calidad moral será como consecuencia del reyezuelo de palacio, no de ellos.

La pretendida destrucción del INE tal y como lo conocemos, que es garante de la democracia y ha costado al país muchos años de modificaciones legales, para instaurar en cambio un régimen totalitario, donde de nueva cuenta prevalezca la hegemonía de un solo partido, tal y como sucedía en los tiempos del priísmo exacerbado, de donde provienen la mayoría de los actuales liderazgos del morenismo, debe ser contenida a toda costa.

Papel determinante será el de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en todo esto y esa instancia, la última, deberá pronunciarse en breve, porque ya se ha visto que pasar la aduana del Congreso fue fácil, ahí López cuenta con una mayoría de lacayos.

Guardando toda proporción, voy a hilvanar ese tema nacional con uno local, que nos revela la urgencia de asumir otra toma de conciencia.

Me refiero al conflicto que prevalece actualmente en la ESBAO, la legendaria escuela nivel medio de Córdoba, que a lo largo de su historia se ha caracterizado por tener una comunidad estudiantil de lucha. Ahí, los jóvenes están pugnando actualmente por la recuperación de su auditorio, que ahora regentea una mal llamada fundación, que desde luego que se dedica a refundir los recursos que obtiene del usufructo del auditorio, sin que eso beneficie a la institución y sin rendir cuentas.

La directiva está convocando para este martes a una marcha por las calles de la ciudad, con el objetivo de recuperar el auditorio “para su uso pleno y en beneficio del desarrollo artístico, cultural y académico de los estudiantes”. 

Por supuesto que esta lucha merece el respaldo de todos, el problema es que los cordobeses estamos acostumbrados a ser víctimas de abuso por parte de cualquier autoridad o funcionario, sin que hagamos nada. Somos mal gobernados y no protestamos. Tenemos servicios deficientes y no reclamamos. Somos testigos de millonarios latrocinios con el patrimonio de todos que es el municipal y no chistamos. La autoridad municipal es omisa e incompetente y somos indolentes.

Nadie alza la voz. No hay protestas. Las mentadas cámaras, organizaciones y asociaciones, hacen mutis para no perder prebendas y son siempre complacientes, negociadoras y omisas. Que ellas actúen así es hasta cierto punto comprensible, porque están en manos de las camarillas de siempre, pero que tampoco lo hagan los ciudadanos comunes es una verdadera vergüenza. 

Vamos a ver si por lo menos ahora, les brota un poco de compromiso a nuestros paisanos, porque ya quedó demostrado el domingo que, o alzamos la voz o pronto ni eso podremos alzar, porque nos la podrán confiscar.

Advertido está.  

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