CONTRAPUNTO — CUITLÁHUAC Y LA CNDH

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Por Juan José Contreras Lara

Para nadie es desconocido el talante vengativo y represor del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, quien igual que su guía mesiánico no duda en atropellar el orden legal para imponer su criterio e incluso utiliza para ello toda la fuerza del aparato de que dispone.

Sobran ejemplos de su proceder abusivo, que ha aplicado sobre todo en contra de sus adversarios políticos, aunque ello le signifique exhibir su torpeza e ignorancia en temas legales y jurídicos.

La megalomanía del mandatario ha llegado ahora al extremo de ignorar las recomendaciones que le ha enviado la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pues una tras otra las ha rechazado, hasta acumular siete, lo que confirma su profundo desprecio por los derechos e integridad de las personas.

Esta actitud de García ya generó una reacción por parte de la presidenta de CNDH, María del Rosario Piedra Ibarra, quien ha solicitado la intervención del Senado para que lo cite a comparecer y el señor tenga a bien exponer cuáles son los poderosos motivos por los que ha rechazado esas recomendaciones.

Los reclamos de la CNDH están de sobra documentados, van desde detenciones arbitrarias, abusos y violaciones, hasta desaparición de personas con la intervención de una amplia gama de elementos al servicio de las dependencias y corporaciones estatales. Surtida la cosa, para que no haya duda de que en Veracruz los derechos de todos valen poco menos que un cacahuate.

No hay que olvidar que el mandatario ordenó a los diputados incondicionales de Morena, sus empleados, la modificación del Código Penal del estado para crear el delito de “ultrajes a la autoridad”, que no era sino un burdo instrumento de represión y persecución. Hace más de un año la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo invalidó y así puso en ridículo, una vez más, al Congreso veracruzano.

Habrá que ver lo que sucede ahora con este episodio de las recomendaciones, pero lo cierto es que en el Senado el gobernador no goza de muy buen ambiente que digamos.

Otra que deberá comparecer es la fiscal Verónica Hernández Giadáns y deberá explicar lo que le toca. No creo que sustente mucho, porque ya ve usted que la señora, más allá de la experiencia en materia notarial por herencia, no ha exhibido nunca mucho conocimiento jurisdiccional que digamos.   

EL ORFIS, ¿SÍ O NO?

Más tardó la secretaría del Bienestar en dar a conocer que a partir de este año algunos recursos federales destinados a los municipios ya no serían fiscalizados por el Órgano de Fiscalización Superior del estado (ORFIS), que la auditora general de ese organismo, Delia González Cobos, en salir a desmentir ese anuncio.

Doña Delia se aventó una buena argumentación constitucionalista para rechazar esa versión y afirmó que las atribuciones del ORFIS se mantienen sin cambio alguno, fiscalizando todos los recursos federales y estatales.

Creo que la funcionaria no leyó bien o sobredimensionó el asunto, pues la secretaría del Bienestar nunca se refirió a todos los recursos federales, sino únicamente los que derivan del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), que forma parte del ramo 33, cuya supervisión quedaría a cargo únicamente de la Auditoría Superior de la Federación.

Se entiende que esa determinación se tomó porque es ampliamente conocido el hecho de que los recursos del FAIS con frecuencia son desviados por los alcaldes para otros fines, que no son precisamente los que establece la norma y en el ORFIS como siempre se hacen de la vista gorda o de la mano untada, como le quiera usted poner.

Lo cierto es que con declaraciones estridentes o sin ellas y con el FAIS o sin él, el ORFIS Veracruz sólo sirve como tapadera a los que sistemáticamente desfondan los presupuestos para su beneficio, así que, ¿para qué tanto brinco?      

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