CONTRAPUNTO — DINAMARCA

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Por Juan José Contreras Lara

Conforme transcurren los días me percato de que en Córdoba cada día estamos más lejos de ser Dinamarca. Esto que afirmo no es una “volada” mía, para nada, es el ofrecimiento que Andrés Manuel López Obrador ha dicho y repetido en sus conferencias mañaneras en referencia al sistema nacional de salud, pues asegura que cuando se vaya lo dejará al nivel de aquel país.

Basta observar lo que ocurre con el único hospital que se dice general en Córdoba, el famoso Yanga, que no es sino de segundo nivel, es decir, brinda atención de urgencias y hospitalización, atiende cuatro especialidades básicas: cirugía general, medicina interna, pediatría y gineco obstetricia, y algunas subespecialidades, muy pocas. 

Se trata de un hospital de los que llaman de transferencia, ya que recibe a los pacientes que les son canalizados de los de primer nivel, es decir de las que en realidad son simples clínicas comunitarias y a su vez, cuando el caso lo amerita, los transfiere a los de tercer nivel, los de alta especialidad, en este caso al Hospital Regional de Río Blanco.

Tiene siete décadas operando, en teoría cubre actualmente las necesidades de habitantes de 34 municipios, con escaso crecimiento físico y durante muchos años con equipamiento precario para una demanda de atención con crecimiento exponencial.

Aunque reconocidos médicos y enfermeras cordobeses y de la región mucho tiempo aportaron sus conocimientos ahí y son muy bien recordados, en los últimos años han menudeado las denuncias y quejas por mala atención, carencia de servicios, falta de equipo e insumos y ausencia de personal.

Parturientas que han sido arbitrariamente dadas de alta y han tenido que dar a luz en plena vía pública, la carencia de algo tan elemental como contar con un área para que los familiares de los pacientes que llegan de los pueblos no pernocten a la intemperie, así como el año pasado la “devolución” de un mastógrafo para la detección oportuna del cáncer de seno, son algunos de los hechos que revelan que la operación del nosocomio no anda nada bien.

Se han suscitado muchos más, pero no hay espacio para reseñarlos todos. Para lo que sí hay es para decir finalmente es que, por lo menos para Córdoba, en materia hospitalaria Dinamarca todavía está muy lejos. A López le faltan menos de dos años en el poder, vamos a ver si cumple.    

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