EL BALDÓN — La salud del presidente es asunto de seguridad nacional

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José Miguel Cobián

Estallaron las redes la tarde y noche del domingo con una serie de rumores sobre la salud del presidente de la república, debido a su desvanecimiento en Mérida. Se comentó de todo, y México una vez más, queda ante el mundo como una república bananera.

En la ciencia política se entiende que la salud del presidente es un asunto de seguridad nacional, cualquier cosa que le suceda puede afectar vidas y haciendas de sus gobernados. La bolsa de valores es la primera que sufre, igual que el tipo de cambio, cuando la incertidumbre domina a un país como México. Es por ello que en una Democracia, la información veraz e inmediata es un valor trascendental. Por el contrario, los gobiernos Populistas siembran el desconcierto, porque así conviene a sus intereses, sin importar el daño a la nación.

El vocero de la presidencia, informó inicialmente que no había pasado nada y que la gira continuaba. En ese momento confirmó lo que tantos sabíamos, que es un mentiroso consuetudinario. Posteriormente se informó que el presidente padecía COVID y que por eso lo había trasladado de urgencia a la ciudad de México en un helicóptero del inexistente estado mayor presidencial.

La población de México sabe que el COVID se detecta con pruebas, y que esas pruebas se le realizan al presidente de manera rutinaria, considerando además que el COVID tiene un período de incubación y no ataca de inmediato la capacidad respiratoria, la mayoría de los comentarios en redes se referían a que era una mentira más de parte del gobierno federal.

Ocultar información afecta a México. Los mexicanos tenemos derecho a conocer el verdadero estado de salud del presidente de México. Y lo único que sabemos es que tenemos un gobierno que no dice la verdad, que nos miente de manera consuetudinaria, y que oculta la información que debiera estar accesible para todos.

No voy a especular sobre las posibles causas del desvanecimiento del presidente, pero si al final resulta que fue COVID, podemos estar seguros de que las manos que cuidan la salud del presidente representan perfectamente a todos los integrantes de su gobierno. Son personajes muy leales, pero absolutamente incompetentes para el puesto que ocupan. Es absurdo que no hubieran detectado con anticipación el avance de una enfermedad como el COVID. Por ello suena absolutamente increíble dicha versión.

La actuación del gobierno federal en un asunto tan importante solo refleja la falta de respeto hacia la transparencia y rendición de cuentas que ha caracterizado este sexenio. Cuando el presidente afirma que no hace falta el Instituto de Acceso a la Información porque él informa en las mañaneras, se burla descaradamente en la cara de todos los mexicanos. Ha sido gracias al INAI como ha iniciado un proceso, todavía incipiente, de rendición de cuentas, y con el gobierno de Morena, volvemos otra vez al ocultamiento de información, a posponer informar a los mexicanos el uso que le da el presidente y el gobierno en general, al poder que les otorgamos en las urnas. Ocultar solo puede ser motivado por una razón, o hay desvíos brutales de recursos, o están absolutamente conscientes de su incapacidad para gobernar, y prefieren ocultar sus errores en actos de gobierno. En ambos casos, sólo podemos comprobar que el presidente mintió también cuando ofreció un gobierno con absoluta transparencia y rendición de cuentas.

Tal parece que el lema de campaña de No Mentir, No Robar y No Traicionar, fue algo así como la definición del gobierno actual, pero en sentido contrario. El gobierno y en particular el presidente se han caracterizado por romper el récord mundial de mentiras dichas a un pueblo por su gobernante. La cuestión de no robar, ha quedado claro que es exactamente contraria a la vocación de la mayoría de los funcionarios de alto nivel de Morena, que se han enriquecido a nivel federal y estatal en sus cargos, desviando recursos y haciendo negocios a precios inflados. En cuanto a no traicionar, queda claro que quién prometió gobernar para todos, de manera limpia y honesta, quién con sus promesas de campaña convenció a una mayoría harta de malos gobiernos del PRI y del PAN, ha traicionado todos y cada uno de sus compromisos, al grado de que junto al gobierno de Morena, su corrupción y su ineptitud, los gobiernos del PRI y del PAN brillan por su eficiencia, transparencia, rendición de cuentas. Y vaya que cuesta trabajo creer algo así, pero la realidad así se impone.

Cierto que hemos tenido personajes ineptos, aborrecibles, vomitivos en gobiernos anteriores, pero eran la excepción, no la regla. Por el contario, hoy con los gobiernos de Morena, en los cuáles se privilegia la lealtad por encima de la capacidad para cumplir una función, parece que ese tipo de personajes son la regla, y los buenos elementos brillan como excepciones fuera de serie.

Sólo quién recibe unos centavos y está muy necesitado, se niega a comprender y ver la realidad de México. Únicamente quién trae un resentimiento brutal puede apoyar la destrucción institucional y social de nuestro país. Quién espera obtener un puesto público, y aprovechar para enriquecerse es el único que puede justificar el daño que México sufre con éste gobierno. Todos ellos, en mayor o menor medida, traicionan a la patria. Algunos por necesidad, otros por ambición. Consecuencia de una sociedad que ha perdido todos los valores y solo tiene un dios que se llama Dinero y Poder.

Esperemos que pronto el gobierno recapacite y nos informe verazmente sobre la salud del presidente y no nos veamos obligados a esperar otra fuga de información como la de Guacamaya Leaks para conocer la verdad de lo que sucedió en Mérida. Los mexicanos merecemos la verdad.

elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex