MINUTO — La música es vida

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Por Mar de León

Vivir sin música es vivir en el error. La música es para el oído lo que los colores
para el ojo. El ritmo que acompasa a la melodía nos marca la felicidad o la
nostalgia de acuerdo a si es más rápido o más lento que los latidos de nuestro corazón; si es igual, nos presta calma, seguridad y paz.
Obvio que los músicos, los compositores, los ejecutantes, los arreglistas tienen más elementos para apreciar la música, pero también hay grandes escuchadores, melómanos les llaman que, aunque no toquen instrumentos, saben apreciar la conjunción de las notas y las percusiones.
La música nos arrulla desde el tiempo de las cavernas cuando el hombre empezó a tararear y a golpear con la mano en algún utensilio. Ahí empezó todo y después se fue desarrollando hasta llegar a la máxima expresión musical, que yo considero son los conciertos de Johan Sebastian Bach y las sinfonías de Beethoven. Y junto con ellos las bellas composiciones de millones de autores que han hecho desde canciones aparentemente sencillas hasta obras monumentales que existen actualmente.
Para mí, la música es la parte fundamental de mi existencia. Sin ella no habría tenido las grandes satisfacciones que le han dado a mi vida tantas y tantas obras musicales que he tenido oportunidad de escuchar, de apreciar, de aprender, de interpretar.
Y la música además es letra, que acompaña bellos pensamientos con sonidos excelsos. Así la melodía se enriquece con la belleza de la literatura, de la palabra hablada, cantada. Por eso a Bob Dylan le dieron en 2016 el Premio Nobel de Literatura por sus poemas hechos canciones, o por sus canciones hechas poema.
Yo amo cualquier melodía como la mayoría de las personas, y considero que ese amor que tenemos nos ha permitido sobrevivir como especie en harmonía, como la música.

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