Pensamientos sobre la polémica acerca de los nuevos libros de texto en México

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Oscar Yescas Domínguez

Las primeras señales de la supremacía del ser humano sobre el resto de las especies, fue el desarrollo del pensamiento que le dio la condición de homo sapiens y el uso del lenguaje que le permitió comunicarse con sus semejantes. Un salto gigante que consolidó tal supremacía fue la invención de la escritura y la consolidación de su condición de homo sapiens fue la invención del libro varios siglos antes de la era llamada “después de Cristo”.

Con la invención del libro comenzó el registro sistemático de la historia de la humanidad, al desplazar la narrativa transmitida comunicación boca a boca durante generaciones, una narrativa que presentaba limitaciones porque omitía partes importantes de la historia humana, lagunas que fueron superadas por el surgimiento de los libros, de ahí el papel de suma importancia que han jugado los libros en la historia de la humanidad.

A lo largo de la historia humana, se han registrado sucesos que incluyen la quema masiva de libros, eventos que mostraron gran irracionalidad, promovidos por grupos retrógradas que temían al contenido de los libros y que pensaban que con la acción de quemarlos se borraba el conocimiento que contenían. Los libros están asociados al conocimiento científico y éste ha enfrentado el fanatismo y la ignorancia que rodea la cultura del momento histórico en el cual han surgido.

Como ejemplo de la irracionalidad del rechazo del avance de la ciencia por parte de un fanatismo religioso, pueden recordarse las acciones de la Iglesia Católica en la edad media, cuando condenó por hereje a Galileo Galilei en 1633 por plantear su teoría heliocéntrica en oposición al geocentrismo, porque destruía el discurso religioso. De igual forma, la negación por parte de la Iglesia Católica de la teoría de la evolución de las especies planteada por Charles Darwin, que fue negada por siglos hasta que finalmente fue reconocida por el Papa Juan Pablo II.

La quema de libros es una acción extremista y está vinculada al fanatismo religioso o ideológico de derecha extrema, tal como sucedió en la Alemania nazi en 1933, cuando estudiantes, profesores y miembros del Partido Nacional Socialista, quemaron todos los libros de aquellos autores que consideraban “peligrosos” y sus autores fueron condenados al ostracismo, principalmente aquellos que no eran alemanes.

Lo mismo sucedió en Chile después del golpe de Estado de Pinochet, cuando se hizo una práctica normalizada la quema de libros considerados comunistas o subversivos, como parte de una política cultural que intentaba borrar de la memoria colectiva la figura de Salvador Allende y todo lo que representó su gobierno.

Pensábamos que este tipo de prácticas habían quedado en el pasado y que no se presentarían de nuevo porque el avance de la ciencia sobre el fanatismo y la ignorancia es incuestionable, pero en este año 2023 estamos mirando que circula en redes sociales un llamado incendiario que no es precisamente una invitación a participar en alguna lucha social que contribuya a lograr la transformación de la realidad social.

Estamos viendo lo que es un llamado literal para incendiar los nuevos libros de texto que está entregando la Secretaría de Educación Pública para ser utilizados en los niveles de educación primaria y secundaria, bajo el argumento de que pretenden “adoctrinar a los estudiantes” y siguen la secuela de reacciones provocada por la película Sonido de libertad al retomar la consigna “¡con nuestros niños no!”.

Esta insólita solicitud genera reacciones a favor y en contra de dicho llamado, por lo que nos encontramos en el surgimiento de un frente de batalla en el cual se manifiestan por un lado, aquellos opinólogos que cambian de traje en cada tema que se conforma en tendencia, que ayer eran expertos en extraterrestres y que hoy asumen el papel de pedagogos improvisados sin tener idea de lo que es pedagogía y sobre todo sin siquiera haber leído los libros que solicitan se quemen de inmediato.

Junto a estas personas que no resultan ser confiables, se encuentra la Unión de Padres de Familia, que acusa de corrupción a las autoridades educativas y afirma que los libros de texto “están fuera de la ley”, por lo que convoca a suspender la entrega de estos libros a millones de estudiantes mexicanos.

De manera adicional, se suman de manera protagónica a este rechazo a la entrega de libros de texto, se encuentran representantes del poder corporativo como Claudio X. González y el tercer hombre más rico de México: Ricardo Salinas Pliego (posee una fortuna de $ 7,361,000,000 pesos según Forbes) , quien instruye a su empleado Javier Alatorre para que utilice la tribuna de Tv Azteca y proceda a iniciar una campaña de alarmismo denunciando que los libros de texto “fueron diseñados por comunistas y que contienen el virus del comunismo, con el cual pretenden infectar a la niñez mexicana”

Si después de la pandemia, al inicio de cada año esperábamos algo sorprendente, este año no ha sido la excepción, aunque en México en este año 2023, la sorpresa la estamos recibiendo en la segunda mitad del año, al mirar estas acciones con incredulidad y asombro porque se esperaba que este tipo de prácticas retrógradas sólo formaran parte del pasado y no se presenten nunca más, en virtud de que representan grandes muestras de intolerancia fanática en contra de la inteligencia humana, ya que dichos libros de texto son el resultado de años de trabajo colectivo.

Pero, la verdad no deberíamos asombrarnos tanto porque con el surgimiento y desarrollo de la tecnología, la humanidad ha detenido su proceso evolutivo y se han presentado fuertes evidencias del crecimiento de una ignorancia colectiva en plena era de la sociedad de la información. La dependencia a las nuevas tecnologías ha erradicado el hábito de la lectura en generaciones enteras provocando el crecimiento de una ignorancia colectiva y permitiendo con ello el resurgimiento de ideologías conservadoras impulsadas por ideologías de derecha, que intentan aprovechar los sentimientos de insatisfacción social y las condiciones de ignorancia colectiva de amplias capas de la población, para manipularlas con fines políticos.

Ante esta campaña de desinformación y manipulación masiva, pienso que cada cada ciudadano, sin importar que tenga o no hijos en edad escolar, debe participar en la construcción de un debate de altura, utilizando argumentos para exponer su opinión acerca de este asunto. Como requisito mínimo, se debe partir de una revisión previa de los libros para fundamentar cada opinión individual, libros que pueden bajarse de internet fácilmente (al final se encuentra el link respectivo), porque está en juego la educación de nuestros hijos y el futuro de nuestra nación.

Pero de manera particular, creo que todos los que tenemos experiencia en pedagogía, aquellos que laboramos desarrollando un trabajo académico, que tenemos o tuvimos la oportunidad de ejercer la docencia, o quien domina un área de estudios en particular, tenemos un imperativo moral de participar en una discusión colectiva, porque lo que estamos viendo es en realidad un rechazo orquestado por la derecha en México para provocar desestabilización política en un año preelectoral, desviando la atención de los problemas sociales que requieren mayor atención y ocultar la motivación económica oculta detrás de esta campaña en contra de los libros de texto.

Quienes han leído los artículos que publico en mi blog personal, saben que mis escritos no son cortos y las críticas que he recibido con más frecuencia, no están relacionadas con su contenido y más que críticas, en realidad son quejas por la extensión de los artículos y el cuestionamiento que recibo es que “son escritos muy largos y la gente no lee artículos extensos”

De entrada reconozco que tienen razón, no puede decirse que son artículos breves, porque están estructurados de tal forma que acostumbro contextualizar el tema acerca del cual estoy escribiendo. No puedo evitar la contextualización en el análisis de un problema social, porque es parte de la premisa que aprendí mientras laboré 33 años como profesor universitario: sin contexto, no hay análisis.

Por estas razones, adentrarme en la lectura de los libros de texto de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), me provocó un gran placer porque me encontré con grandes similitudes entre esta nueva pedagogía y la forma que trabajé durante los últimos años de mi carrera docente formando agentes de cambio social para contribuir a la transformación de una sociedad inmersa en una crisis social en la que impera la desigualdad social generando un sufrimiento colectivo.

La crisis social que padecemos incluye una crisis política que afecta al conjunto de las instituciones que forman parte del sistema social en el que vivimos y la escuela es una de estas instituciones afectadas por la crisis en el sentido de que es utilizada para reforzar el proceso de socialización que contribuye a formar generaciones de ciudadanos conformistas, obedientes a la figura de autoridad en turno, sumergidos en una ideología individualista que elimina el sentimiento de pertenencia a sus comunidades y los aleja de la política.

Recordemos que en el proceso de socialización que permite construir una personalidad psicosocial, recibimos la influencia de varias instancias socializantes: la familia, la Iglesia, la escuela, los medios masivos de difusión, internet, redes sociales, trabajo, etc. La escuela ha estado funcionando hasta el momento como una fábrica de esclavos, porque de acuerdo al psicoanalista Rodolfo Bohoslavsky, los 12 años de la escuela primaria, secundaria y preparatoria, equivalen a un curso de cómo aprender a ser un buen esclavo.

Desde mi experiencia de 33 años laborando como profesor-investigador universitario, puedo decir que confirmé en los hechos esta afirmación, porque trabajé con jóvenes que llegaban a inscribirse a la universidad después de atravesar por 12 años de un adiestramiento ideológico que inhibió el desarrollo del pensamiento autónomo, que privilegió el aprendizaje de memoria y excluyó el uso del análisis y el razonamiento crítico.

Mi carga como docente consistía en impartir seminarios a estudiantes avanzados del séptimo, octavo y noveno semestre de la carrera de Psicología y en ese nivel, con alumnos próximos a egresar de la universidad, me tocó recibir a generaciones completas que presentaban grandes limitaciones para cumplir con la simple tarea de entregar semanalmente un ensayo de 5 cuartillas donde expresaran con sus propias palabras lo que aprendieron de las lecturas asignadas como tarea. Era evidente que carecían del hábito de la lectura, que no eran dueños de un pensamiento libre y en ocasiones mostraban una gran frustración por exhibir su incapacidad para expresarse por escrito.

Trabajar en esas condiciones representaron un verdadero reto y fueron los motivos que me llevaron a abandonar el uso del cañón proyector, prescindir de la técnica expositiva y proceder a utilizar un método pedagógico que involucrara la participación de los alumnos en experiencias estructuradas de aprendizaje, utilizando técnicas grupales que incluían la reducción de mi figura como autoridad en el grupo, de tal forma que redujera la distancia que nos separaba para actuar como un miembro más que era objeto y sujeto de retroalimentación grupal y en esas condiciones se realizaba la discusión grupal de los ensayos que escribió cada alumno de las lecturas teóricas encomendadas.

En este contexto, es realmente estimulante, esperanzador y gratificante que de una manera institucional, producto de un trabajo colectivo que viene desde abajo, surja en México la Nueva Escuela Mexicana que utiliza una pedagogía que toma como punto de partida, el análisis del contexto social en el que se da la educación, lo que permite cuestionar la función de control social que ha jugado la escuela y propone transformarla en un espacio de pensamiento colectivo que permita encontrarle sentido a la vida sin sentido que vivimos millones de personas dentro de un sistema capitalista sumergido en una profunda crisis, que promueve el consumo como forma de vida.

En ese sentido, es válido recordar al filósofo Louis Althousser quien nos planteó que la escuela es un aparato ideologizante que contribuye a reforzar la ideología dominante que es la ideología de la clase dominante y su función social es la de reforzar el control social de la población actuando como instancia ideologizadora que legitima y perpetúa la desigualdad social existente dentro de una sociedad capitalista.

Junto al cuestionamiento de la institución escolar y su conversión en institución transformadora, la NEM cuestiona el viejo método pedagógico que presentaba al maestro como el experto que enseñaba sus conocimientos en el aula, construyendo un vínculo de dependencia de los alumnos hacia la figura del sabio que representaba su maestro, quien colaboraba realizando su trabajo como parte de un engranaje social que tenía como objeto reproducir el orden social y lograr la adaptación colectiva de “quienes aprendían”.

Este cambio de paradigma se dio en la década de los setentas con el surgimiento de la Psicología comunitaria latinoamericana, que cuestionó la pedagogía de aquel entonces y realizó una revolución paradigmática, al dejar de concebir como sujeto al objeto de estudio, terminando con la separación existente entre el profesional de la Psicología y la población objeto de estudio, proponiendo el método de la investigación participativa, o investigación-acción, en la que el profesional intervenía en las comunidades con una actitud de humildad, reconociendo la existencia de un saber popular y evitando la imposición del saber científico sobre el conocimiento tradicional.

Puedo decir, que en mi labor como profesor universitario que acostumbraba trabajar con grupos en posición de círculo, fomentando la participación de los estudiantes, aprendía mientras enseñaba Psicología social, gracias al conocimiento compartido del proceso de interinfluencia social que existe en las relaciones interpersonales.

La toma de consciencia de que no solo somos influidos, sino que también influimos a los demás, con nuestra apariencia, nuestra forma de hablar, nuestras ideas, permitió un empoderamiento individual de cada integrante del grupo y facilitó la creación de una identidad grupal al construir un sentimiento de pertenencia al grupo de referencia.

El surgimiento de la NEM viene a fortalecer a la escuela mexicana, al sacarla de la crisis en la que estaba sumergida, recordemos que hace pocos años, había quejas colectivas porque se adoptó la política de aprobar a todos los alumnos sin importar su grado de aprendizaje, con el objeto de elevar los índices de aprobación escolar.

Los cuestionamientos hacia los libros de texto de la Nueva Escuela Mexicana, se centran en dos niveles, por un lado, se cuestionan las bases pedagógicas y por otro lado, se cuestionan los contenidos de la enseñanza. La pedagogía utilizada por la NEM representa un cambio de paradigma dentro de la educación, porque deja de utilizarse como instrumento de control social, para retomar su función liberadora, ya que el conocimiento científico debe estar al servicio de la humanidad y de las comunidades a las que pertenece quien está aprendiendo.

Quienes hemos dedicado nuestras vidas a la educación, tenemos claro que la ciencia y la vida se complementan, que la teoría debe ser ligada a la práctica, porque como decía el Psicólogo Kurt Lewin “No hay nada más práctico que una buena teoría”. ¿De qué sirve una teoría si no puede aplicarse en la práctica? La pedagogía tradicional anterior, partía de la enseñanza de conocimientos aislados, dispersos y sin conexión entre sí (literatura por un lado, historia por otro, más allá geografía, etc.).

La educación debe jugar un papel importante en el contexto de una sociedad en crisis, vivimos en la dictadura de la economía de libre mercado, una dictadura basada en el poder económico que somete al poder político para implementar políticas neoliberales que intentan privatizar todos los servicios públicos para permitir que el poder corporativo siga maximizando sus beneficios económicos.

La educación ha sido utilizada como instrumento de control social para mantener la ignorancia que facilita la indiferencia, el alejamiento de la política y la obediencia social. La educación se ha convertido en una mercancía en el contexto del neoliberalismo, las universidades han sido tomadas por asalto por parte del neoliberalismo, convertidas en universidades-empresas, abandonando su función social y convertidas en fábrica de técnicos al servicio de las grandes empresas.

Existen verdaderas legiones de egresados de universidades que no logran conseguir trabajos que estén relacionados con los estudios universitarios que realizaron, por lo que se ven obligados a tomar trabajos que no requieren altos niveles educativos. Inclusive, hay cientos o miles de estudiantes con niveles de Maestría o Doctorados que tampoco logran obtener empleo porque la meritocracia ha desaparecido y el neanderthalismo administrativo prevalece en la conducción de nuestras organizaciones, de tal forma que encontramos ocupando puestos directivos a personas sin tener el perfil necesario para ocupar ese puesto, que obtuvieron por tener vínculos con el político que se encuentra en el poder.

La falta de vinculación entre la teoría y la práctica impide el desarrollo social, porque el funcionamiento de nuestras organizaciones, la integración de equipos de trabajo, requiere de personas que tengan conocimientos científicos relacionados con las funciones que están incluidas en sus puestos de trabajo.

Una vida sin ciencia, representa el triunfo del oscurantismo, de la ignorancia y crea las condiciones para que quienes se encuentran en el poder económico y político, sigan beneficiándose de prácticas que reproducen y aumentan la desigualdad social.

La ausencia de crítica social en la ciudadanía en general y en el ámbito académico en particular, es lo que permite la existencia de un conformismo generalizado, por lo que aquellos que formamos parte de la parte pensante de nuestra sociedad, es decir, los docentes que laboramos en la construcción del conocimiento científico, debemos aceptar que la educación es un instrumento que puede jugar otro papel, un papel que contribuya a un despertar social, a una liberación colectiva, a un empoderamiento individual y colectivo que permita construir ciudadanos que actúen como sujetos sociales, con pleno conocimiento de los derechos humanos que tienen y de la inevitable toma de consciencia de que tales derechos humanos están siendo violados en forma sistemática.

En esa línea de pensamiento y en el contexto de una crisis social, el compromiso ineludible de todo docente es cambiar el papel de sumisión y dominación que juega la educación hoy en día, para lograr que se convierta en un proceso de liberación individual y social. La NEM permite un acercamiento con la realidad social a través de un esfuerzo educativo realizado en forma colectiva, lo cual permite dejar atrás el divorcio existente entre la teoría y la práctica

Mediante el uso de ejercicios que contienen narrativas breves e interrogantes que serán discutidas en forma grupal, promueve el hábito de la lectura y el desarrollo del pensamiento crítico, con vistas a lograr una revolución de las consciencias y promover un despertar social acerca de la necesidad de combatir la desigualdad social a través de la transformación de la realidad circundante.

La Nueva Escuela Mexicana representa el surgimiento de un nuevo paradigma de liberación social en el horizonte del campo de la educación e implica una revolución pacífica en las formas de pensar, sentir y actuar de miles de maestros y millones de alumnos mexicanos, en la medida que contribuye a abandonar una ideología individualista y competitiva, contribuye a sensibilizar a los alumnos acerca de su pertenencia a las comunidades con lo cual cumple la tarea de formar ciudadanos responsables.

Enseña una metodología pedagógica que incluye el desarrollo del pensamiento libre y de capacidad de análisis que permitirá tomar consciencia de la existencia creciente de una desigualdad social en la economía de libre mercado, de las condiciones en las que viven y sobre todo, permite desarrollar un empoderamiento de individual y colectivo de maestros y estudiantes al enseñarles la existencia del construccionismo social que permite comprender que las acciones que realizamos en el presente, están definiendo y construyendo el futuro que nos espera.

Por supuesto que tal metodología y contenidos despierta reacciones airadas, ya que constituye un verdadero cambio de paradigma en la educación y se construyen las bases para lograr un cambio social desde abajo a través de esfuerzos educativos colectivos. ¿Que tiene contenidos de educación sexual y que habla de diferentes tipos de familias, aparte de la familia nuclear? Esto forma parte de los cambios que debemos incluir en nuestras vidas, hablar de la sexualidad como cualquier otro tema, con gran naturalidad y reconocer la realidad en la que existen varios tipos de familias en México y en el mundo entero.

La lucha en contra de los libros de texto en México, debemos ubicarla en el contexto de de la lucha de clases y en el nivel de una lucha ideológica. Por un lado se encuentran quienes quieren mantener un sistema de opresión social basada en una ideología neoliberal que pretende mantener el control social en un país que forma parte de un sistema global que rinde culto a la economía de libre mercado y que para funcionar requiere de domesticar a millones de individuos impidiéndoles el desarrollo de su capacidad de pensamiento libre, para que asuman con resignación y obediencia el rol asignado de consumidores que contribuyen a la maximización de beneficios del poder corporativo, sin importar el genocidio económico al que condenan a los “consumidores defectuosos”.

Por el otro lado, se encuentran quienes perciben a la educación como instrumento de liberación social, una educación que toma como punto de partida la construcción del contexto social en el que es impartida, para lograr un despertar social, sobre las injusticias que ocurren dentro de una sociedad en la que un porcentaje mínimo de la humanidad concentra la mayor cantidad de la riqueza que es socialmente producida, mientras que una inmensa mayoría de habitantes de este planeta vive en una permanente pauperización en sus condiciones de vida y un porcentaje significativo, sobrevive en condiciones de pobreza y marginación social, sufriendo violaciones permanentes a sus derechos a la salud, a la educación, al trabajo, a la vivienda, al deporte, etc.

La propuesta de quemar los libros de texto es un reflejo de la desesperación de aquellos sectores que están viendo que los nuevos materiales educativos ayudarán a recuperar la memoria histórica, desnudarán los mecanismos de control social y crearán las condiciones para que los grupos marginados desarrollen un empoderamiento que los liberará de las cadenas que los han mantenidos sometidos y bajo opresión: la ignorancia colectiva que reproduce comportamientos de indiferencia social, conformismo, obediencia a la autoridad y alejamiento de la política.

Todos tenemos algo que decir en torno a esta resistencia al cambio social, porque no hay lugar para la neutralidad, no debemos permitir que se regresen a prácticas que intentan negar a las masas el acceso al conocimiento científico dentro de la institución escolar. Quienes llaman a la quema de libros de texto, exhiben su ignorancia, se muestran como las fuerzas sociales que se oponen al cambio social y actúan (de manera consciente o no) de forma que defienden los intereses del poder económico que ha enriquecido sus fortunas gracias a la explotación laboral y la explotación de los recursos naturales de nuestro país.

Con orgullo mexicano, podemos decir que la Nueva Escuela Mexicana, se coloca como un proyecto de vanguardia educativa, a la altura de movimientos pedagógicos como la Pedagogía de la liberación del brasileño Paulo Freire, de la Pedagogía Crítica promovida por Henry Giroux y Peter McLaren que conciben a la pedagogía como la oportunidad de promover una reflexión crítica, creando un puente entre el aprendizaje y la vida cotidiana, que permite comprender la conexión entre el poder y el aprendizaje, que amplía los derechos democráticos y la construcción de una identidad social.

Con la Nueva Escuela Mexicana los profesores tienen la oportunidad de ejercer esta pedagogía crítica, la diferencia de la NEM con las anteriores pedagogías es que la NEM es un proyecto colectivo que está integrado por miles de maestros mexicanos que cuentan con el apoyo de las autoridades educativas y con seguridad, también lo tendrá de la ciudadanía mexicana, porque este nuevo paradigma educativo representa un proyecto de emancipación social en el horizonte social, una alternativa de transformación social desde una perspectiva científica.

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