SCRIPTA MANENT — La suerte de El Faunito

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Luis E. Domínguez R.

Esta semana el Ayuntamiento de Fortín recibió formalmente las instalaciones de “El Faunito”, luego de que la Diputación Permanente del Congreso local autorizó al gobierno del Estado otorgar en comodato -condicional- el complejo residencial campestre hasta el 30 de noviembre de 2024.

El Faunito ha sido nombrado desde “complejo vacacional” hasta “bosque privado”, y saltó a los titulares de la prensa en 2017, cuando fue incautado junto con otros bienes, al exgobernador Javier Duarte de Ochoa, durante la administración de Miguel Ángel Yunes Linares.

El “rancho” se ubica en la carretera Federal Fortín-Orizaba, en el municipio de Fortín, y tiene una superficie de 58 mil 076 metros cuadrados. Su valor catastral es de 10.4 millones de pesos, de los cuales 8.7 corresponden al valor del terreno y el resto al de la construcción.

Cuando se requisó , El Faunito guardaba desde colecciones de arte hasta una extensa cava. El mobiliario era -reportaron- “exquisito”, y contaba con habitaciones para visitas, empleados y vigilantes; canchas deportivas, albercas, biblioteca… En fin, todo un resort de lujo.

Ya en poder del Estado, se decidió cederlo en comodato al Instituto de Ecología, por ubicarse en una zona con un ecosistema muy rico y diverso. Sin embargo, durante la etapa crítica de la emergencia sanitaria por Covid-19, El Faunito se puso a disposición de la Secretaría de Salud estatal, para albergar un centro de atención médica a pacientes contagiados con el virus; no obstante, no fue necesaria su habilitación para tal fin, por lo que nuevamente quedó abandonado.

Fue el 18 de junio de 2018, que el Congreso del Estado firmó un acuerdo por el que se autorizó al titular del Poder Ejecutivo a otorgar en comodato el terreno y todas las instalaciones por un período de 20 años, al Instituto de Ecología A.C. y al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

Y en octubre del 2018 lo recibieron los investigadores y administrativos del INECOL.
El plan era que la propiedad, sus instalaciones y espacios serían destinados para fines de investigación en Ecología Básica y en Agroecología.
Habría un Centro de Capacitación para la Conservación, gestión ambiental, sustentabilidad y educación ambiental, y sería también escenario reuniones y eventos académicos de relevancia nacional e internacional.

Obviamente, a los fortinenses les interesó el tema, por la posibilidad de que las actividades de El Faunito trajeran “Turismo Científico” al municipio, pues se anunciaría también un espacio para la contemplación y apreciación de la naturaleza, y de sano esparcimiento para la población en general de esta región del estado.

No estaba mal el proyecto, pues en sus diversas etapas de desarrollo se debía instalar un auditorio y salas de exhibición donde se presentarían eventos académicos y culturales; establecer un Centro Regional del Instituto de Ecología, A.C. que detonara las capacidades científicas-tecnológicas de la región.

¡Puros sueños guajiros!

Apenas comenzó la verdadera cara de la Cuarta Transformación impulsada por el presidente López Obrador, se observó que para Ciencia, Tecnología, Investigación Científica y Desarrollo Académico, no solo no habría más recursos, sino que se eliminaron partidas y redujeron presupuestos, por lo que los planes del CONACYT y del INECOL con respecto a El Faunito, se derrumbaron.

Pronto, los del Instituto de Investigaciones Ecológicas supieron que no podrían quedárselo, pues los costos de mantenimiento tanto de las construcciones como del espacio verde -más de cinco hectáreas- superaban en mucho su capacidad presupuestal. No podían pagar ni el agua que usarían en los baños. Por esta razón, se decidió regresarlo al Estado.

El 24 de abril de 2020, dos años después de no hacer nada, el INECOL anunció que prestaría el espacio a la Secretaria de Salud para atender a pacientes de Covid —lo cual nunca sucedió— y finalmente que lo regresaría por falta de recursos para mantenerlo.

Pero en el trámite del regreso, se habían perdido -otra vez- mobiliario y adornos que estaban en el inventario entregado al INECOL. Hubo que rastrear esos enseres para la recepción definitiva.

Y ahí estuvo, por años, olvidado y sin mantenimiento, mientras se hablaba de qué hacer con el rancho de super lujo en el que Javier Duarte había depositado su ilusión de retirarse de la política…

Hasta julio de este año, el gobernador García Jiménez confirmó que este espacio pasaría a ser administrado por las autoridades municipales de Fortín. El alcalde fortinense, Gerardo Rosales, tenía un proyecto para “echarlo a andar”.

En sesión permanente los legisladores aprobaron que este espacio, que fue confiscado al exgobernador del Estado, Javier Duarte de Ochoa, sea convertido en un lugar turístico, recreativo y cultural, administrado por el gobierno municipal de Fortín.

En el dictamen aprobado se estableció que el Ayuntamiento no podrá ceder el bien ni otorgarlo en concesión a persona física o moral alguna, conservándolo exclusivamente para la finalidad otorgada, ya que de lo contrario, la posesión del inmueble se revertirá al gobierno del Estado sin necesidad de declaración judicial.

Formalmente, el alcalde fortinense no ha informado en que consiste el plan de su gobierno para aprovechar El Faunito, pero a como tiene la ciudad, las comunidades y hasta las banquetas de Fortín, parece ser que no hará nada importante que beneficie a nadie.

Mientras tanto, El Faunito seguirá deteriorándose. El gobierno del Estado no supo qué hacer con él, y desde hace años tenían la opción que finalmente hoy toman, pues también se tuvo, en tiempo y forma, la petición del ex alcalde de Fortín, Antonio Mansur, quien se comprometía a dedicar recursos suficientes para el mantenimiento de las áreas y edificios, que es en donde al Inecol le falló.
Ni para el primer recibo de la luz les alcanzó.

Estaremos atentos. Ojalá… Pero de todas formas, está “prestado” hasta el último día del gobierno de García Jiménez. Ni un día más.

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