SCRIPTA MANENT — La UV puede… Solo que ahora no quiere. El Rector agachón y pusilánime baja la cabeza

5 min read

Loading

Luis E. Dominguez Rangel

El jueves 10 de marzo de 2016, más de 50 mil miembros de la comunidad universitaria salieron a las calles en las cinco regiones en donde la Universidad Veracruzana tiene presencia.

Encabezados por la rectora Sara Ladrón de Guevara, funcionarios de rectoría, empleados, académicos y por supuesto muchos miles de estudiantes, unos 20 mil, colmaron las calles de Xalapa y se congregaron frente a Palacio de Gobierno.
Lo mismo sucedió de manera simultánea en al menos nueve ciudades de la entidad.

10 de marzo, 2016. La UV salió a la calle…

Fue memorable, aplaudida, reconocida y apoyada por todos esa marcha. La Universidad Veracruzana salió en reclamo de sus recursos financieros, que el entonces ladrón consumado, el ahora presidiario Javier Duarte, les había retenido y birlado.

Aquella fue la más grande manifestación en la historia de la Universidad Veracruzana (UV) y posiblemente del estado de Veracruz, y se efectuó de forma simultánea y pacífica, sin incidentes que lamentar ni basura que recoger, en al menos nueve ciudades de las cinco regiones en que esa casa de estudios tiene presencia a lo largo del estado y registró, de acuerdo con cifras preliminares de la propia institución, una participación de poco más de 51 mil personas.

Decenas de miles de universitarios, entre estudiantes, académicos y trabajadores, pero también pensionados y jubilados, artistas, sindicalistas y miembros de las comunidades académicas de otras instituciones como la Benemérita Escuela Normal Veracruzana (BENV) “Enrique C. Rébsamen”, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), celebraron ese jueves 10 de marzo la marcha “Por la defensa de la Universidad Veracruzana y la educación superior”.

Los datos formales de aquel estupendo día fueron que en Xalapa habrían marchado 20 mil personas, 10 mil en Veracruz, siete mil en Poza Rica, dos mil en Tuxpan, cuatro mil 200 en Coatzacoalcos, mil en Minatitlán, 500 en Acayucan, cinco mil en Orizaba y mil 500 en Córdoba, sin contar las expresiones que también se registraron en las sedes de la Universidad Veracruzana Intercultural.

El discurso que dió Sara Ladrón de Guevara se tituló: “Nos deben”, en el que, entre muchos otros temas, señaló: “Nos deben el derecho a soñar. Nos deben la esperanza de un mejor futuro. Nos deben la confianza en las instituciones. Nos deben una juventud sin miedos. Nos deben a los desaparecidos. Nos deben la paz de los violentados y la de sus familias. Nos deben recursos que son obligaciones, porque no son de ellos, fueron otorgados por el pueblo. Nos deben los derechos de nuestros jubilados”.

Respecto a la autonomía financiera, dijo que “puede ser un camino para no depender del juicio o la discrecionalidad de un funcionario en turno, pero ésta debe corresponder a nuestra magnitud, sin recargos de compromisos ajenos ni tardanza en la oportunidad de su ministración”.

Advirtió que “su aprobación no revierte los adeudos pendientes, de nuestros recursos, de nuestros sueños; con la fortaleza de todos, seguiremos exigiendo nuestros derechos porque en la UV no pedimos más, damos más”.

Y recuerdo también a Ricardo Corzo Ramírez, quien entonces era miembro de la Junta de Gobierno de la UV, gritando en Plaza Lerdo: “La UV, una de las 10 mejores universidades del país, está siendo agredida, no está siendo escuchada y la razón le asiste. Quien toca a la Universidad está tocando a la dignidad humana, a la cultura, a la civilización, a la mejoría de este país y a la humanidad”.

Hoy, el gobierno de Cuitláhuac García, transgrediendo la Ley, acaba de reducir el Presupuesto de la Universidad para el 2023. Hoy, el secretario de finanzas del gobierno estatal, Lima Franco, acaba de declarar que es imposible darle a las UV lo que le corresponde por Ley.

En marzo de 2016, cuando el gobierno del ahora reo Duarte de Ochoa retuvo dinero de la Universidad, y durante la marcha, a nombre de la comunidad estudiantil, Samantha Rodríguez Camacho, consejera alumna de la Facultad de Arquitectura, manifestó la exigencia de miles de estudiantes para el pago inmediato de los recursos financieros que el gobierno del estado tiene como obligación con esta casa de estudios: “Demandamos la autonomía financiera de nuestra Universidad con el cinco por ciento del presupuesto total del gobierno del estado; a su vez, manifestamos nuestra preocupación por las acciones que intentan privatizar la educación, autonomía y desarrollo de las instituciones”, y recalcó: “Sin universidad no existe ciudadanía”.

Pero también, en esa grandiosa marcha, Martha Patricia Domínguez Chenge, directora de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales (FCAS), pronunció un mensaje en el que destacó: “Nuestra defensa es por la educación pública, el más grande bastión que se tiene para mejorar las condiciones de vida. No apoyar a la UV es desconocer sus 72 años (ahora son 78) de historia y no se han logrado reconocer los enormes resultados en las tareas de docencia, investigación, extensión universitaria y difusión de la cultura que realiza esta noble institución”.

Frente a las agresiones financieras de Duarte, fue necesario que la Universidad y los universitarios salieran a las calles a exigir a las autoridades lo que por derecho le corresponde. “No toquen a la UV”, “UV te quiero, por eso te defiendo”, fue el grito unánime en Veracruz.

Y todo eso lo sabe muy bien el actual mandatario morenista, porque recién llegado a su encargo, en sesión solemne del Consejo Universitario General, celebrada en la Sala Tlaqná, en compañía del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, la todavía rectora Sara Ladrón, al leer su informe, recordó que en marzo de 2016 participó, junto con la comunidad universitaria, en las manifestaciones: “Salimos como un solo ser a defender su autonomía, a defender el presupuesto que legal y legítimamente le correspondía y que buscaban escatimarle”, pronunció Ladrón de Guevara, y Cuitláhuac aplaudió.

Hoy. La UV está nuevamente siendo agredida por el gobierno estatal que encabeza el mismo que entonces aplaudía. Hoy, ya dijeron que les reducirán los recursos financieros que a la Universidad corresponden.

Pero hoy, no hay Rector que la defienda. Hoy, no hay espíritu de lucha. Hoy, comienza y se confirma el retroceso que le espera a la máxima Casa de Estudios de mi querido Veracruz.

Qué pena!

Comparte en redes sociales: