UNA HISTORIA ORIZABEÑA (MARIA LUJAN ACHIRICA)

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Gilberto Haaz Diez

Una joven de 21 años, María Luján Achirica, de raíces nuestras, hija del orizabeño abogado Marcial Luján Bravo y Beatriz Achirica, y nieta de nuestro querido amigo, Miguel Ángel Lujan Mata (QEPD) y Chely Bravo de Luján, habló ante el Capitolio de Washington, en el Día de la Mujer.

La jovencita es una ambientalista de primera. Ayer mismo el diario Reforma le hizo una entrevista. Becada por la universidad de Hawai, estado donde es reconocido su activismo a favor del mar.

Es una de las mexicanas ejemplares. En Hawai ayudó a impulsar una iniciativa de ley que prohibió hace dos años los plásticos de un solo uso. Siguiendo el ejemplo de Greta Thumberg, ambientalista sueca, María lucha por el mar, en su defensa.

La estudiante habla a los jóvenes y adultos de la importancia de cuidar los océanos y también lanza estos mensajes en redes sociales, además es vicepresidenta de un club en la universidad de la Fundación Surfrider, organización que la eligió y promovió para acudir al Capitolio.

“Ahorita que voy a ir a Washington y voy a ver a gente que nunca he visto, lo primero que quiero hacer es decirles a los legisladores por qué estoy involucrada en esto, y hacerles saber que el mar es muy importante para mucha gente, y sobre todo decirles que todo depende del mar. Sus decisiones son muy importantes para todas las comunidades estén o no estén cerca del mar”, expuso.

El sueño de Luján Achirica es cumplir estas metas y no volver a sentir la frustración que vivió hace cinco años cuando visitó el Caribe mexicano y pudo observar la mancha de basura que llegaba hasta la zona de corales: “Ese día me di cuenta de que el mar, que siempre he amado, tenía fin debido al impacto de los humanos, por esa razón me decidí dedicar a salvar al mar. Para mí es fácil poner este granito de arena porque lo hago por amor, por amor al mar y porque veo que algo que amo está sufriendo diariamente”.

De raíces orizabeñas, orgullo de nuestra tierra que, aunque no tuvo mar, tiene a nietos de orizabeños que hoy, pese a su edad tan joven, ponen en alto el nombre de nuestro estado, Veracruz. Un orgullo para sus padres, abuelos, hermanos y toda la familia y, sobre todo a Orizaba, de donde son sus raíces.

Suerte, María. Y felicidades.

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