ACERTIJOS — DANTE VA SOLO

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*¿Tienes enemigos? Bien. Eso significa que defendiste algo, alguna vez en tu vida. Camelot.

Gilberto Haaz Diez

Dante Delgado cree, y en el santo de Alvarado confía, en que Veracruz gana la elección con José Manuel del Rio Virgen, su candidato de MC. Que acaba de tuitear, que después de dar su discurso de doctorado está listo y fortalecido para todos los retos, y pregunta ¿Ustedes saben cuáles son? Yo no lo sé, pero me imagino que quieres ser gobernador. Ese hombre que es brillante, pero no tiene tampoco los votos necesarios ni lo conocen en todo el estado, pero Dante jura y perjura por los cordobeses de Los Portales, que hará otra chica-grande, como la hizo en Jalisco con el pelón gobernador y con Nuevo León con el gobernador que salió más feliz que Cepillin y ya logró la mayor inversión para México en este año, Samuel García, de 36 años, y también la alcaldía con el hijo de Colosio, de 37 años. Esas son sus creencias y perfiles, pero en Veracruz se va a presentar o enfrentar con unos votos divididos, primero, los de él, luego los de la Alianza que si vendrá: PRI-PAN-PRD y luego los contras con el Cheko Gutiérrez o la Nahle y sus aliados rémoras. Si Dante acierta, bienvenido, un cambio en Veracruz es lo que una gran mayoría quiere, y se necesita un salvador que lo vuelva a ubicar en los terrenos de crecimiento y abatir la inseguridad. Sino la patria te lo va a demandar, Dante. Sobre todo, que ahí viene La Luz del Mundo como partido aliado de Morena y el Clero mexicano se quedará de brazos cruzados. Hagan el partido del Vaticano y entren a dar la pelea.

EL MONREAL QUE SE LES FUE

Muchos dicen que así ha sido siempre el hombre. Qué unas veces finta que está contra todo y contra-todos y al final, un apapacho lo convence de que se tiene que alinear. Cuando medio país veía en él al rebelde de Morena, el hombre que desayunaba una vez por mes con el presidente AMLO y una ocasión lo dejó de invitar, y anduvo desandando las calles aledañas al Palacio Real, donde duerme el presidente, Ricardo Monreal Ávila deambuló como alma perdida, lo abandonaron, como se abandonan los zapatos viejos, cantaría Joaquín Sabina. Y se marchó, y a su barco le llamó libertad, dijera el otro. Muchos mexicanos ya lo veían en el otro lado, al lado de Marcelo Ebrard con Dante y su MC en una Alianza opositora. Pues ya lo perdieron. Necesitó un apapacho del presidente y sentarlo a su lado, para que expresara muy mexicanamente: “Prefiero no ser nada antes que traicionar al presidente”. O sea, a servirle al patrón, que me mandó a llamar, anteayer. La política siempre ha sido así. Los partidos se convierten en pandillas. Si usted vio la película ‘Pandillas de Nueva York’, de Leonardo Di Caprio, ahí viene el reflejo de cómo se van formando los grupos, como se amafian entre ellos, se unen y cuidan sus territorios y cuidado que otro se meta en sus asuntos. Así es la política en el mundo. Bien lo decía Churchill: “Algunos hombres cambian de partido por el bien de sus principios; otros cambian de principios por el bien de sus partidos”. O esta otra: “La política es casi tan excitante como la guerra y casi igual de peligrosa. En la guerra solo te pueden matar una vez, pero en política muchas”. A Monreal hay que cantarle las golondrinas, unos dicen que escuchó el canto mayor, el del presidente, y que enfoca sus baterías para buscar la jefatura del gobierno de la CDMX, que no es cosa menor. La vida es la ruleta, en que apostamos todos, dijera José Alfredo. Hay qué ver cómo va la apuesta de Monreal, pero quienes lo esperaban de este lado de la orilla, pueden empezar a nadar a otro lado, a este lado del rio no cruzará.

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