EL ROBO DE IDENTIDAD, un delito que crece y todavía no está bien legislado

A medida que aumenta el número de personas que utilizan Internet, y con ello la oferta de servicios de todo tipo a través de este medio, el robo de identidad digital también aumenta a gran velocidad. En algunos reportes de empresas y organismos observadores, es ya el delito de mayor crecimiento en México y en el mundo en los últimos años.

A mediados de este año, y según datos del Banco de México, nuestro país ocupa el octavo lugar a nivel mundial en este delito. El robo de identidad es, en términos sencillos, la apropiación indebida de la identidad o de cualesquiera otros datos personales (fecha de nacimiento, domicilio, claves bancarias, contraseñas de acceso a redes, etcétera). 

El uso de los medios digitales se ha diversificado en gran escala, en todo el mundo. En México esta utilización sigue creciendo, y es fácil ya para cualquier persona con acceso a Internet, realizar compras y pagos de bienes y servicios desde su computadora o teléfono inteligente. Para ello se utiliza mucha información que se almacena, procesa o transmite en formato digital, lo cual ha detonado el aumento exponencial de la delincuencia cibernética. 

Un artículo publicado por el diputado Gerardo Islas Maldonado a mediados de 2020, revela que “la población que utiliza internet también va en aumento, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones, elaboran anualmente la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), la cual revela que en México hay 80.6 millones de usuarios de Internet, que representan el 70.1% de la población de seis años o más. Esta cifra revela un aumento de 4.3 puntos porcentuales respecto de la registrada en 2018 (65.8%) y de 12.7 puntos porcentuales respecto a 2015 (57.4 por ciento), este aumento sostenido implica un gran reto para el derecho a la identidad”. 

En cuanto a la identidad, ésta constituye el reconocimiento jurídico y social de una persona como sujeto de derechos y obligaciones y, a su vez, de su pertenencia a un Estado, condición necesaria para la dignidad individual y colectiva de los seres humanos. La identidad es un derecho humano, y así está reconocida por diversos tratados internacionales.

En México, el concepto de identidad ya está plasmado en la Constitución Política, y la establece con claridad en el Artículo Cuarto constitucional, al incluir que toda persona tiene derecho a la identidad y a ser registrado gratuitamente de manera inmediata a su nacimiento y señala la obligación del Estado mexicano de garantizar el cumplimiento de este derecho.

Sin embargo, y a pesar de lo fundamental de este derecho, el robo de identidad no se encuentra bien legislado. Frente a un delito que crece de manera exponencial, el vacío en la ley se convierte en cómplice de los delincuentes, ya que genera las condiciones necesarias para que puedan cometer dicho ilícito sin mayores consecuencias.

Asimismo, la falta de una legislación adecuada, significa un impedimento para las autoridades a fin de poder perseguir y castigar la comisión de este delito adecuadamente. Es necesario fortalecer y darle un enfoque preventivo a la política criminal del Estado mexicano, a efecto de proteger los datos personales de toda la población, toda vez que ponen en riesgo la seguridad, integridad y patrimonio de las personas, así como el de sus familias.