POLÍTICAS, TRAICIONES Y MÁS – OTIS destruye Acapulco

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Marco González Kuri

El devastador paso del huracán OTIS sobre el bello puerto de Acapulco deja ver la fragilidad que tiene una sociedad ante los desastres naturales, pero sin duda han quedado a deber los tres órdenes de gobierno municipal, estatal y federal, es perfectamente comprensible la molestia y el enojo de la gente, ciudadanos que lo han perdido todo.

A pesar de ello resulta oprobiosa la prensa que se dedican a descalificar cualquier esfuerzo gubernamental para tratar de palear un poco la desgracia que se vivió, más cuando son los intelectuales más connotados del país, quienes incluso sesgando sus notas han llegado al extremo de pedir rectifiquen el voto, para el año 2024, sin duda se ven mal y agreden la inteligencia de la sociedad que está harta de tanto golpeteo.

Lo cierto es que en el municipio de Acapulco existe según cifras de CONEVAL niveles de pobreza que alcanzan al 52% de la población, fuera de los grandes hoteles y bellos paisajes sobre la costera existe una ciudad que se percibe insegura y peligrosa, donde el pueblo no goza de los beneficios que tienen los turistas que los visitan. Esta situación ni es nueva, ni es propia de este gobierno, sin embargo gobiernos van y vienen, y siguen en las mismas condiciones, cuando ha sido una ciudad bañada de recursos por la derrama turística que tiene y ha tenido a través de los años. Además de que cuenta con el presupuesto más alto en el estado de guerrero entre los municipios.

Sin dudas las mejores épocas de gloria han pasado, pero nunca deja de sorprender la capacidad instalada en este bello puerto, con una capacidad más de 55 mil habitaciones, además de departamentos, bungalows y cuartos en renta, se estima puede albergar a la misma cantidad de personas que habitan el municipio.

Los hoteles, los restaurantes y bares, son las principales fuentes de empleo de este municipio, su actividad comercial se basa en los gastos que estos llevan a cabo. Sin  duda algunos comercios estarían asegurados, pero requieren de inversión inmediata para reactivar sus servicios, y no perder las fuentes de empleo, por ello el apoyo del gobierno debe ser determinante a través de créditos blandos para reactivar la economía, apoyar a la población más vulnerable con los servicios de manera inmediata y proveer también de algún mecanismo de reconstrucción de viviendas afectadas.

Lo más importante, como dice el presidente, se deben atender las causas, increíble que un municipio que ha enriquecido por años a una clase empresarial próspera, no pueda mejorar los niveles de ingresos de sus trabajadores, no puede ser que el estado siga sin proveer de los servicios básicos y de calidad como el agua, luz, drenaje, internet, servicios de transporte colectivo. Se debe garantizar el acceso a servicios básicos, regular y ordenar las construcciones, el uso de suelo, porque quienes conocemos sabemos que su infraestructura urbana es deficiente y como en todo México el transporte colectivo es malo, viejo, inseguro,  contaminante y plagado de vicios por las corporaciones y sindicatos que los aglutinan.

Es obligación de los gobiernos y empresarios incentivar fuentes de empleo mejor remunerados. Para que la juventud acapulqueña y de México, se mantenga alejada de vicios, narcotráfico, prostitución y de grupos criminales.  Mejorar la seguridad no es solo asunto del estado, sino de nosotros como sociedad, no podemos normalizar lo que vimos robando tiendas y gasolineras, sin duda se reconocen las necesidades pero no podemos permitir este tipo de acciones. Mucho se debe agradecer a la ciudadanía de todo el país el intento de apoyo para este bello puerto, el gobierno permita y sea facilitador para que todo tipo de ayudas llegue directo a la ciudadanía que más lo necesita. Sin duda somos más los buenos, pero debemos organizarnos para evitar el despilfarro de los recursos públicos.

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